Blog gratis
Reportar
Editar
¡Crea tu blog!
Compartir
¡Sorpréndeme!
 
Comunicación y Semiología LUX CAPERE
Material para consulta y divulgación de trabajos sobre lectura de imágenes
08 de Marzo, 2012 · Arbus

SHOPPINGS: ALGO MÁS QUE CENTROS COMERCIALES

En esta monografía, Francisco, elabora una lectura en relación a su contexto de los espacios particulares que son estos centros de consumo

L

os Shoppings  se han establecido masivamente en las grandes ciudades latinoamericanas durante la década del 90. Su aparición trajo cambios estructurales en las urbes no solo de tipo arquitectónico ni meramente  la distribución  comercial, sino modificaciones culturales, a las cuales nos referiremos en el presente trabajo. Las transformaciones no indican solo un aumento de la cantidad de comercios, sino  también, estos se han enmarcado en  una estructura diferente a la del centro; manifestándose desde entonces un proceso de descentralización de las grandes ciudades.

 El Shopping se opone al paisaje del centro, es como una cápsula espacial acondicionada por la estética del mercado. Todo indicaría que allí las leyes de la física adquieren otra dimensión, y como una buena cápsula  mantiene aislado al espacio que  contiene. El Shopping  entendido de esta manera se separa de la ciudad  en la que se ubica. Dentro de esta cápsula espacio y tiempo se conforman de una manera diferente a la de sus alrededores. Esto se evidencia cuando no distinguimos entre el día y la noche. Así, el Shopping, quiere decirnos que no renuncia a la naturaleza, no obstante, se separa de ella de manera completamente nueva y radical. En el Shopping respiramos aire reciclado, las luces son siempre artificiales y jamás se mezclan con la luz atmosférica, los sonidos del exterior, por decisión arquitectónica, no deben traspasar las paredes fortificadas del recinto; la ausencia de ventanas niega toda comunicación con el afuera. Sin embargo, de manera infantil y con voluntad de producir un efecto de escenografía  “ecológica”, los patios del Shopping  no pueden prescindir de sus árboles, los mismos árboles de  todo el planeta, indiferentes al desierto que rodea al Shopping, o a la ciudad decimonónica en la que éste se ha incrustado. El hecho de que clima este acondicionado fortalece aún más la atemporalidad. El Shopping No se recorre de una punta a la otra sino que se hace en manera circular

  El formato de estos grandes centros comerciales  es muy sencillo, se trata de un gran         corredor que es direccionado en forma de circunferencia, a sus costados están ubicados los locales que son generalmente de indumentaria, dentro del mismo corredor hay otros locales mas pequeños, Estos, en su mayoría se dedican a la venta de autos; y finalmente, en el medio se sitúa el patio de comidas con los diferentes Stands. Todos cuentan con cines que se sitúan por fuera de la circunferencia y con videos juegos en la parte central. Lo que demuestra que  la distribución infraestructural no responde a fines  meramente estéticos sino más bien funcionales. De ésta manera se  logra garantizar la cobertura de  los intereses de los diferencias de sexo, edad.  Al mismo tiempo en que se asegura el consumo sin interrupciones, se consolida una marcada segmentación del mismo.

La abundancia de marcas transnacionales crean un ambiente uniforme. Los puntos de referencias son universales: logotipos, siglas, etiquetas no requieren que sus intérpretes estén aficionados en ninguna cultura previa o distinta de la del mercado. Si ponemos atención en las fotografías de  la primera página vemos como no representa lo sagrado  de la navidad a partir de la religión, como tampoco alude  a la significación que le puede otorgar un determinado grupo, sino que se asemeja más bien a las estética norteamericana que al mismo tiempo no se circunscribe meramente a este país  sino que representa a la “cultura” universalizada, la del mercado, el Shopping como en las películas de Hollywood.

  Así el Shopping produce una cultura extraterritorial de la que nadie puede  sentirse descartado: incluso los que menos consumen, a los que el no contempla pero tampoco expulsa activamente. El Shopping esta  compuesto fundamentalmente por una estética similar sobre la que hace olvidar en que ciudad estamos. Se constituye  un espacio sin jerarquías. Las tipologías arquitectónicas se repiten constantemente imposibilitando la ubicación del lugar. Su recorrido es muy simple aunque no lo es tanto para reconocer si ya hemos o no pasado por un lugar, las repeticiones y la pseudo libertad para  recorrerlo parecen indicar una estrategia de venta. De todas maneras esta especie de capsula uniformadora no llega a borrar todas las diferencias; quedan, y bien marcadas, la  de clase. Como bien dice Sarlo: “…en los shoppings también los ciudadanos desempeñan papeles diferentes: algunos compran, otros simplemente miran, admiran. En los Shoppings no podría descubrirse como en las galerías del siglo XIX una arqueología del capitalismo, sino su realización más plena…” (Sarlo: 1996)

La cápsula aséptica se convierte en un espacio en donde todo pareciera estar en perfecto orden, su clima, los sonidos,  las luces crean un ambiente agradable, lejos de los ruidos y bocinazos, del microcentro. Nuestro ojo encuentra un lugar agradable, allí no hay nada que lo perturbe, quedando completamente disponible para absorber las persuasión de las publicidades cuidadosamente distribuidas. Se convierte entonces,  en una especie de oasis en la gran ciudad.

Al mismo tiempo en que se universalizan y se uniforman las identidades, en el Shopping no se manifiestan culturas, sino “la cultura” que gira en torno a las pautas del mercado. Es a partir de aquí que algunos autores los han llamado los no-lugares

 

“Si un lugar puede definirse como lugar de identidad, relacional e histórico, un espacio que no puede definirse ni como espacio de identidad ni como relacional ni como histórico, definirá un no lugar” (Augé: 1992)

Se entiende como no lugar partiendo de que la historia esta ausente y cuando hay algo de historia, esta no se plantea como un conflicto entre la resistencia del pasado y el impulso del presente. La historia es usada como decoración banal, a través de la estética posmoderna.

A partir de la definición de Augé pensaríamos en un primer momento en ver al Shopping como un no-lugar.

El Shopping sería, desde esta perspectiva, un espacio de nula reproducción de identidad por ser casi exclusivamente relaciones  entre mercancías que se dan en el hecho de consumo. El autor lo define como un área que no se diferencia de otra, ahistórica y en cual no se representan procesos identitarios específicos, sino que son producto de una homogenización típica de la globalización.

 Sin embargo a mi entender sería erróneo definirlos como lugares (o no lugares) ahistoricos.  Si indagamos sobre  la estructura arquitectónica, posmoderna, por cierto, se vislumbra  su pasado; la estética en todo caso banalizada y los muros como cáscaras fueron en algún momento en lo que hoy es El Alto Rosario talleres ferroviarios y el lugar en donde está El Portal Rosario correspondía a una fábrica textil. Se distingue allí un capítulo de nuestra historia, el paso de la producción industrial a los servicios.

Por lo tanto, no podemos afirmar  que un espacio atravesado por el hombre no tiene historia.

Pero paradójicamente, siguiendo a Beatriz Sarlo (1996), el Shopping se incrusta en vacío de memoria urbana porque representa las nuevas costumbres y no debe estar atado a las nuevas tradiciones. Se ve claramente como en el Alto Rosario se conserva un museo en donde se expone un viejo tren como un simple souvenir.

 Este nuevo oasis se ha transformado en espacio de salida, de distracción, en un paseo, en él predomina el ocio y la continua persuasión de un sistema que  ilusiona, y que al mismo tiempo nos deja en claro, ante la perfección pura que lo que tenemos esta mal, nuestro cuerpo esta mal y todo lo que poseemos es ya, obsoleto.

 La felicidad de adquirir un nuevo producto es tan efímera que se esfuma en cuanto hayamos visto otro.

 

Hoy es miércoles, son 10 de la noche, mañana es un día laboral y afuera llueve torrencialmente, pero que importa estamos en el Shopping, Indiferentes ante las inclemencias climáticas.

La gente llena los pasillos y locales…. ¿y si tomamos una postal del centro a esta hora? ¿Es acaso el Shopping una adaptación  a los nuevos horarios de consumo? ¿Es porque la jornada de trabajo se ha extendido?

 

 En los Shoppings vemos familias enteras que pasan el día. La gente no va solo a comprar,  ya que ir de compras se ha transformado en un ritual y el Shopping en templo del siglo XXI. Al alejarse el Shopping del simple acto de adquirir un producto se convierte en algo que construye nuestra identidad; Al obtener ciertos productos no compramos solo su valor de uso, sino que buscamos en ellos aquello que nos signifique. Al adquirirlos afirmamos quienes somos y que lugar ocupamos. De esta manera las mercancías se convierten en nuestros iconos, nuestro ideal. El cambio constante y acelerado de los objetos es lo que los hace deseables pero al mismo tiempo volátiles.  

                                                                                                Francisco Daveiga


Palabras claves
publicado por yennerich a las 03:17 · Sin comentarios  ·  Recomendar

img

Más sobre este tema ·  Participar
Comentarios (0) ·  Enviar comentario
Enviar comentario

Nombre:

E-Mail (no será publicado):

Sitio Web (opcional):

Recordar mis datos.
Escriba el código que visualiza en la imagen Escriba el código [Regenerar]:
Formato de texto permitido: <b>Negrita</b>, <i>Cursiva</i>, <u>Subrayado</u>,
<li>· Lista</li>
SOBRE MÍ
img
FOTO

Mauricio César Yennerich



» Ver perfil

 
FULLServices Network | Crear blog | Privacidad