Este texto
forma parte de lo que expuse en las “Jornadas Lux” del 15 de Septiembre de 2012
La percepción en el plano teórico
Prof. Mauricio
Yennerich (Comunicación y Semiología)
Me es grato compartir con ustedes
estas reflexiones acerca del valor cultural de la fotografía, quiero agradecer
al director del establecimiento Gustavo Pomar y a los egresados fotógrafos
profesionales, al plantel docente que hoy nos acompaña y a los asistentes.
La palabra cultura, aunque suele ser
utilizada comúnmente en el sentido restringido de “tener un conocimiento,
cultivarse”, tiene para nosotros una definición más precisa, la de fortalecer
nuestra identidad como docentes, LA DE SITUARNOS E IDENTIFICARNOS CON UN LUGAR,
en este caso, preocupados por el rol de las imágenes fotográficas y su valor
educativo, emocional, político, documental y social. Motivados por esa postura,
la hemos vinculado a nuestra legítima pretensión de intérpretes de los aspectos
fundamentales de iconicidad dominante, de nuestra realidad como contemporáneos
de la “civilización de la imagen” que se afirma en la SOCIEDAD DE LA
INFORMACIÓN actual.
Ninguno de los presentes desconoce
el esfuerzo que implica sostener este proyecto institucional, tanto en las
negociaciones al interior de la escuela como hacia el exterior, en nuestro
caso, desde las aulas, como en cada una de las aulas en las que educar se asume
como un compromiso político, ideológico, profundamente humano, estamos
construyendo currículum, estamos produciendo saberes nuevos sobre prácticas
tradicionales –y a un ritmo creciente,
conforme avanza nuestra consolidación institucional-, estamos aprovechando la oportunidad
de dialogar con personas que se dedican a la fotografía como un trabajo y que
canalizan su creatividad a través de ella, para los docentes esto implica un
fuerte compromiso práctico, ya que desde la Comunicación y la Semiología,
materias que dicto, las imágenes fotográficas están siempre deseando ser
atravesadas por conflictos de interpretación.
En esa dirección podemos situar el
impulso inicial de decir que las fotos están sometidas a “lo que cada uno ve en
ellas”, a interpretaciones subjetivistas, en un claro afán de igualar todas las
miradas. Esa gramática de la percepción es fuertemente cuestionada desde
posturas epistemológicas como la de Phillipe DUBOIS y desde la filosofía, como
en el caso de Susan SONTAG.
En un plano más abstracto, ese afán
igualitario de reconocer como válidas todas las interpretaciones, presuponiendo
que la iconicidad primaria, el impulso de ver, es en sí mismo una tarea
didáctica, cuadra con el dominio de las CONDICIONES DE PERCEPCIÓN, condiciones
tan difusas como las huellas que dejan los discursos visuales, pero siempre
presentes en el momento de analizar las fotografías.
No
es en esa dirección en la que vamos, más que las condiciones de percepción, tan
alegóricas y por ello mismo un tanto rebatibles, nos interesan las CONDICIONES
DE PRODUCCIÓN de una fotografía y las de REPRODUCCIÓN en el campo cultural más
amplio de su relación con la prensa y la pintura. De ese modo, el diálogo de la
fotografía con otras prácticas sociales vinculadas a ella se ha vuelto más
enriquecedor.
“Con la fotografía ya no nos resulta
posible pensar la imagen fuera del acto que la hace posible”, sostiene DUBOIS,
gracias a su teoría, fuertemente impregnada por la obra de Charles Sanders
Peirce, sobre el acto fotográfico, hemos identificado que este signo está fatalmente
ligado a su referente, cuya dimensión pragmática “aparece como el inevitable
punto de fuga de toda perspectiva”, que es, a la vez un dispositivo teórico en
el que se pueden condensar consideraciones acerca del tiempo, el espacio, lo
real, los sujetos, el ser y el hacer.
Estas condiciones de producción –los
aspectos físico químicos del revelado, la naturaleza especial de las huellas
luminosas, la toma- se insertan un plano más amplio a partir de SONTAG. La
ensayista norteamericana le atribuye el poder de modelar la idea de belleza en
los contemporáneos del siglo XX, en su prosa, la visión fotográfica adopta un
estatus heroico, al “descubrir la belleza que todos ven pero desestiman por
demasiado común […] los fotógrafos no se limitaban a ver el mundo tal cual es,
incluidas las maravillas ya aclamadas; debían crear un interés mediante nuevas
decisiones visuales”, expresión que es claramente indicativa del carácter
autosuficiente del arte fotográfico, que arriba a occidente liberando a la
pintura de su función documental y le dicta los itinerarios al cubismo, como en
el caso de la influencia que han tenido las tomas aéreas de Moholy-Naghi de la
escuela de Bauhaus sobre esta corriente fundamental del arte moderno.
En síntesis, nos estamos esforzando
en superar el trance de confusión que proviene de la inmediatez fascinante de
las fotos, su carácter estimulante, encuadrado en los principios de la
primeridad peirciana, para poner en otra dirección, no menos indeterminada,
nuestros planteos curriculares, de las condiciones de percepción, ambiguas y
complejas, ya que atienden a discursos sociales más amplios, a competencias
comunicacionales precisas, a las condiciones de producción, especialmente
concentrados –con DUBOIS-, en el carácter epistemológico del acto fotográfico,
y con –SONTAG-, en las derivas sociopolíticas y culturales del mismo acto
fotográfico, sin descuidar aspectos que atienden a las sutilezas de la
composición, impulsados por la especialísima condición de la fotografía: la de
permitirnos visualizar el resultado y el proceso a la vez; y de la herencia heroica habida en la
capacidad y la consagración del esfuerzo de los fotógrafos que han agitado las
profundidades del mundo del arte moderno.
BIBLIOGRAFÍA:
-
Sobre la fotografía, S. SONTAG. Trabajo compilatorio de
los artículos publicados en The new york
review of books entre 1973 y 1977. Editorial Alfaguara. Buenos Aires, 2006.
-
El acto Fotográfico. De la
Representación a la Percepción. Philppe
DUBOIS. Paidós. Barcelona. 1986.